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  • Derecho Real de Conservación y parques de conservación habitables: posibles soluciones ante crisis de loteos

    Frente al gran aumento de loteos y subdivisiones realizadas de forma irregular, se propone llevar a cabo instrumentos como el Derecho Real de Conservación y los parques de conservación habitables como solución.

    En los últimos años se ha visto un sostenido aumento de mega loteos y subdivisiones de terrenos de manera irregular en sectores rurales, especialmente en Aysén. Las solicitudes para realizar estas subdivisiones incrementaron en un 177% el año pasado, según el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), y en un 1.375% entre 2000 y 2021.

    En este contexto, Diego Varela, socio fundador de Biósfera Austral, un gestor de proyectos de conservación habitable, aborda que esta crisis radica en que se están subdividiendo predios sin un análisis riguroso ni planes de ordenamiento territorial que lo sostengan. Plantea que aplicar herramientas como el Derecho Real de Conservación (DRC), con altos estándares, que incluyan planes concretos de manejo de conservación, junto a la creación de más parques de conservación habitables, es el comienzo de una posible solución.

    “Hoy vemos que la gran mayoría de las parcelas destruyen y fragmentan paisajes prístinos a gran velocidad y sin herramientas de ordenamiento territorial. Sin embargo, creo importante hacer la correcta diferenciación entre aquellos proyectos que se aprovechan del vacío legal existente para explotar predios de manera agresiva y poco sustentable, versus el nuevo concepto de parques de conservación habitable, los cuales han logrado una adecuada gestión del territorio, con altos estándares de conservación, respeto social e innovación ambiental”, sostiene Varela.

    ¿Cómo establecer un correcto Derecho Real de Conservación?

    El Derecho Real de Conservación es un contrato que permite fijar estándares, donde los privados se comprometen a colaborar en la conservación de los territorios, bajo altos criterios de protección que muchas veces no están en la legislación vigente.

    Al respecto, Macarena Soler, abogada ambientalista, directora de Fundación Geute y de Rewilding Chile (ex Tompkins Conservation) agrega que “para que un área protegida privada sea considerada como tal, hay dos fórmulas. Una es que sea declarada Santuario de la Naturaleza, mientras que la segunda alternativa, bastante eficiente, es el Derecho Real de Conservación, que compromete al dueño del predio a proteger su ecosistema con medidas concretas y promover su conservación en el tiempo, ya que en nuestro caso son a perpetuidad”.

    En este sentido, Varela explica que el DRC es un contrato cuyos estándares son fijados de manera voluntaria por los privados, por lo cual es sumamente importante que éstos sean elevados, ya que quedan fijas en la propiedad de por vida:

    Ejemplos de medidas concretas para el DRC

    ●      Impedir el cambio de uso de suelo.

    ●      Normar las subdivisiones.

    ●      Implementar plan de manejo de conservación.

    ●      Impedir animales exóticos.

    ●      Impedir una segunda vivienda por macrolote, independiente de su superficie.

    ●      Prohibir el uso de herbicidas, pesticidas y cualquier actividad extractivista, comercial e industrial.

    ●      Prohibir el uso de productos que no sean biodegradables.

    ●      Generar soluciones renovables como cosecha de agua lluvia, electrificación solar y biorremediación.

    ●      Normar las materialidades, alturas y metraje.

    ●      Fijar un tratamiento de aguas grises y negras.

    ●      Proteger los cursos de agua.

    En esta línea, Varela cuenta que este modelo es similar al que se emplearía para desarrollar un Parque Nacional. “Promover los parques de conservación habitable, el DRC y herramientas de planificación pueden frenar, en parte, esta problemática, pero en la práctica su contenido debe hacerse cargo de las amenazas que generan estos proyectos, como la insostenible demanda de agua, la presencia de fauna exótica, la alta densidad, generación de residuos, intervención del paisaje, pérdida de la ruralidad, entre otros. Muchos esperan que las soluciones vengan del Estado, nosotros no esperamos, ya que la solución es ahora, no mañana”.

  • Hay diversas formas en las que los privados pueden aportar en la conservación del patrimonio ambiental, y una de ellas es a través del Derecho Real de Conservación

    Biósfera Austral es un proyecto enfocado en la conservación de la Patagonia a través de un modelo de inversión sostenible.

    Hasta la actualidad, han destinado más de mil hectáreas de terrenos en la Región de Aysén mediante un contrato de Derecho Real de Conservación (DRC). Este instrumento legal consiste en la compra de terrenos del sector a través de un compromiso del dueño de conservar el medio ambiente de la zona, sin perder el derecho a la propiedad, con la finalidad de mantener la biodiversidad de los bosques y la fauna de la Patagonia.

    ¿Cómo nació Biósfera Austral? ¿En qué se inspiraron?

    Biósfera Austral nace de la mano de cuatro socios amantes de la naturaleza, inspirados en las obras de conservación de Tompkins Conservation, en los proyectos propuestos por la Fundación Geute, y en la asesoría de Macarena Soler, quien hace más de 30 años se dedica a la creación de estrategias para la conservación, restauración y defensa de la naturaleza, como el Derecho Real de Conservación y la justicia ambiental. Esta herramienta legal nos incentivó y motivó aún más, para aventurarnos en la preservación y conservación de la naturaleza en la Patagonia, pensando en las futuras generaciones.

    ¿Qué significa que Biósfera Austral sea de conservación habitable?

    Significa un cohabitar responsable que no consume el patrimonio natural, sino que lo conserva y le agrega valor. Es decir, es una conservación activa y a perpetuidad, donde el propietario juega el rol de guardaparque en su propia tierra.

    ¿De qué forma pueden aportar los privados en la conservación del patrimonio ambiental?

    Los actores privados tenemos un rol clave en la preservación de los pulmones verdes de nuestro país y el mundo. Hay diversas formas en las que los privados pueden aportar en la conservación del patrimonio ambiental, y una de ellas es a través del Derecho Real de Conservación, herramienta legal que busca promover la participación del sector privado en la defensa de la naturaleza.

    En este contexto, la protección a perpetuidad, es la principal motivación para establecer un Derecho Real de Conservación, y en nuestro caso, la Fundación Geute, la cual tiene una amplia trayectoria en el área, actúa como garante de conservación.

    ¿Es compatible proyectos de conservación con personas habitando o desarrollo inmobiliario a baja escala?

    Es posible en la medida que se mantenga la vocación rural, el destino del suelo, y sobre todo, que se implementen altos estándares de conservación, evitando así la creación de núcleos inmobiliarios al margen de la planificación urbana. En Biósfera Austral, por ejemplo, tenemos los estándares más altos de la industria, a los cuales se comprometen quiénes son parte de nuestros proyectos, ya que es la forma de resguardar realmente la conservación a perpetuidad. Aquí, puedes encontrar puntos que van desde la prohibición de construir cercos y tener animales domésticos, hasta aspectos más técnicos relacionados al uso de agua, energía y arquitectura.

    ¿Por qué decidieron realizar este proyecto en la Patagonia?

    Porque consideramos que la Patagonia chilena es uno de los ecosistemas más prístinos del mundo, donde se encuentran humedales, glaciares, fiordos, ríos, lagos, y bosques capaces de almacenar tres veces más carbono por hectárea que la Amazonía.

    Preservar estos territorios es de suma importancia para apaciguar los efectos del cambio climático, ya que no solo trabajamos por la conservación, sino también por la restauración.

    ¿Piensan expandir este proyecto a otras partes del país?

    La Patagonia solo es el comienzo.

  • La conservación medioambiental no es sólo un asunto del Estado

    La conservación medioambiental en manos de privados ha jugado un importante rol subsidiario en nuestro país. En 1997 se identificaron 39 iniciativas de preservación en un total de 450 mil hectáreas, y en 2013 dichas iniciativas crecieron a 310, abarcando 1.669.151 hectáreas. Si bien no existen datos oficiales más recientes, este último sondeo da cuenta del relevante crecimiento que ha tenido en el tiempo.

    En cuanto a las áreas protegidas privadas, se ha demostrado que un modelo eficiente y eficaz para democratizar la conservación es el de los parques rurales de conservación impulsados por Biosfera Austral y Geute conservación sur, los que existen gracias a la voluntad de miles de personas alrededor del mundo que, de manera particular, se acogen a un formato amparado por ley, donde el resguardo de espacios naturales que les pertenecen es total, dejándolos asegurados para su conservación, en muchos casos a perpetuidad, y monitoreados por un tercero que actúa como garante y fiscalizador. Así, el dueño mantiene su derecho de propiedad, pero bajo “nuevas reglas”, en las cuales la protección del patrimonio ambiental se impone al concepto más tradicional de propiedad privada.

    De esta manera, este modelo ya no es solo de élite, ni se necesitan grandes sumas de dinero o inversión como era antes, cuando el interesado en promover la conservación de tierras tenía que hacer por sí solo el diseño e implementación. Ahora se invita a más personas a ser parte, porque para hacer de la conservación algo masivo, tiene que ser asequible, y eso es lo que busca principalmente este modelo.

    Esta tendencia, inspirada en el modelo Land Trust de Estados Unidos, e impulsado en diferentes lugares del mundo, lleva años teniendo presencia en Chile con iniciativas lideradas por diversas organizaciones, junto a privados que han hecho posible su desarrollo a lo largo del país.

    Así, en países como Australia, Brasil, Costa Rica y Sudáfrica, las áreas protegidas privadas son parte importante de las estrategias nacionales de conservación, pues se reconoce en ellas el rol que tienen para suplir algunas de las deficiencias que tienen los sistemas públicos: la escasa representatividad de ecosistemas bajo protección y la falta de conectividad ecológica que existe entre las áreas protegidas.

    En Chile, el 80% de la biodiversidad se encuentra fuera del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE). Además, estas áreas protegidas se concentran en tres regiones de la macrozona sur del país, Los Lagos, Aysén y Magallanes, con una escasa representatividad en los demás ecosistemas, donde actúan solo como pequeñas “islas de protección”, sin estar conectadas entre sí e insertas en territorios degradados o en degradación de sus ecosistemas.

    Por lo mismo, los parques rurales de conservación pueden llenar importantes vacíos en las políticas nacionales en cuanto a la cobertura geográfica y la velocidad de respuesta a los urgentes desafíos por preservar los ecosistemas.

    Sin embargo, el principal desafío para continuar con el desarrollo de los parques de conservación está en que la conservación privada tenga un claro espacio en la ley y que se generen incentivos para su implementación. El futuro rural de nuestro país, un legado para las futuras generaciones.

  • Diego Varela explica el trabajo de Biósfera Austral en la conservación de la Patagonia tras la explosiva migración ciudad-campo

    En este nuevo episodio de Nuestro Planeta, Marcelo Lagos, conversó con Diego Varela, socio fundador de Biósfera Austral, proyecto enfocado en la conservación de espacios rurales dentro del territorio nacional, específicamente en la Patagonia Chilena.

    Durante el último tiempo, especialmente en los últimos dos años y producto de la pandemia se ha producido una explosión en la migración ciudad-campo. Esta es protagonizada por personas que desean cambiar su estilo de vida y alejarse de las zonas más urbanas, buscando tranquilidad en los puntos más australes de nuestro país. El problema de dicha migración es el impacto que tienen en las zonas rurales estos movimientos de población, especialmente porque no existe una planificación o un plano regulador para controlarlo.

    En este contexto es que se origina el trabajo de Biósfera Austral, quienes “dan alternativas y guías para aquellos que están conscientes de cuidar el entorno y mitigar el impacto humano. Dicha guía, es una guía del Derecho Real de Conservación, que es la directriz que tienen las personas para habitar estos lugares, con el mínimo impacto”, explica Diego Varela. La existencia de proyectos como este es importante, ya que, a diferencia del ámbito urbano, en las zonas rurales no existe una planificación que pueda mitigar el impacto de las personas.

    La idea de Biósfera Austral además surge de la necesidad de intervenir desde lo individual, ya que “el Estado por si sólo no tiene la capacidad de generar la conservación que necesita que necesita. Lo que hacemos es democratizar la conservación y restauración, e invitar a más personas a participar de manera activa en esto”.

    Esta conservación se produce a través de la habitabilidad de ciertos sectores rurales, siguiendo una serie de directrices que van en pro del cuidado de la naturaleza. Para esto proyecto, Biósfera Austral siguió el ejemplo de Douglas Tompkins y su legado verde. “Parte importante del territorio se destina a la conservación que no tiene intervención, y este se mantiene con gente que se invita a participar. Por ejemplo, de un parque de 1000 hectáreas, 20 son habitables, y con el dinero de esta se mantienen las otras 980. Son dueños de esa área, pero se apegan a un derecho nacional de conservación, son como una especie de guardaparques”, detalla Diego Varela.

    El perfil de las personas que deciden emigrar hacia sectores rurales y vivir en estas áreas de conservación es muy diverso, hay desde parejas jóvenes, gente interesada en los deportes extremos, o parejas mayores que buscan una tranquilidad al momento de jubilar. “Es tener un espacio en la Patagonia y aprender de ella. La gente no sólo tiene restricciones, sino que también tiene una responsabilidad activa, participa del monitoreo, hay una participación activa en la conservación”.

    El trabajo de conservación realizado por Biósfera Austral se lleva a cabo principalmente en la Patagonia norte, entre Chaitén y La Junta, donde comienza la Carretera Austral. En estos tramos, según explica Diego Varela, “estamos desarrollando cinco proyectos. Hoy se han diseñado entre dos y ocho hectáreas, siempre con la lógica de macrolotes, baja densidad y menos intervención, que se mantenga la naturaleza y terrenos que no se pueden subdividir. Sin cercos, sin animales domésticos, todo pensado en que esta intervención no cambie el destino o la naturaleza del lugar”.

    La diferencia del proyecto de conservación realizado por Biósfera Austral y otros proyectos de urbanización es que ellos no tienen un fin inmobiliario, por el contrario, son proyectos rurales que resguardan el suelo agrícola, y se preocupan constantemente de esto. “No producimos un cambio en el suelo a diferencia de otras iniciativas de parcelación, que fragmentan e impactan, haciendo un cambio en la vocación rural. Hay una fragmentación y pérdida de la ruralidad”.

    Sobre la importancia del Derecho Real de Conservación, y la relación que tiene con evitar que se genere un impacto negativo en las zonas donde se produce la migración, Diego Varela explica que “este se hace cargo de todas las prácticas y amenazas que podría generar este habitar. Este gravamen, se hace cargo de la arquitectura para proteger la intervención, que esta sea sustentable y para conservar el paisaje, ya que este es parte de la conservación. Con esto se hace cargo de este tipo de amenazas”.

    Como menciona Diego Varela, el trabajo de conservación de Biósfera Austral va de la mano con el acompañar a las personas que toman la decisión de migrar a zonas rurales, ya que muchos desconocen gran parte de estos temas y necesitan una guía de habitabilidad. “Generamos un contenido enfocado en la educación más que en lo comercial, nos van contactando personas con diferentes personas e intereses y los vamos asesorando”,

    concluye Diego.

    Fuente: https://txsplus.com/2022/07/diego-varela-explica-el-trabajo-de-biosfera-austral-en-la-conservacion-de-la-patagonia-tras-la-explosiva-migracion-ciudad-campo/